miércoles, 23 de noviembre de 2011
martes, 22 de noviembre de 2011
ARTE ROMÁNICO
ORIGEN Y FORMACIÓN

La época dorada del estilo por su calidad y belleza (románico pleno), se extiende en la última mitad del siglo XI y la primera del XII.
TECNICAS GENERALES (Técnicas, materiales, bóvedas, cúpulas y tipos de pilares.)
Algunas características del importante arte románico son:
Ø Empleo del arco de medio punto
Ø Piedra escuadrada pero no pulida
Ø Cabeceras de semitambor adornadas con arquillos y bandas rítmicamente dispuestas
Ø Los templos se cubren con bóvedas pétreas de cañón y horno
Ø Las naves son más amplias y elevadas, al menos en comparación con antiguos edificios prerrománicos
Ø Se emplean los pilares como sustentación
Ø No hay figuración escultórica
Ø Escultura en fachadas
Ø Puertas
Ø Aspecto sólido y severo.
Ø Los arcos de medio punto sobre las columnas son los que unen las naves.
Ø Las bóvedas más utilizadas son las de cañón.
Ø Su planta basilical o de cruz latina está dividida en un número impar de naves, normalmente en 3.
TECNICAS
La arquitectura románica es básicamente religiosa y crea un tipo de templo abovedado, bastante uniforme, de interiores oscuros que mueven al recogimiento. No se aprovechan elementos constructivos ni decorativos de monumentos anteriores y la proporción clásica desaparece por completo.
MATERIALES
El material empleado debía ser piedra fundamentalmente, aunque no se renunció a otros materiales.
BOVEDAS

CÚPULA
Un elemento característico dentro de la arquitectura románica es la cúpula, la cual encontramos cubriendo la intersección de las dos naves que se cortan (crucero) o la nave central en lugar de la bóveda, ésta se levanta sobre trompas o pechinas.
ARQUITECTURA CIVIL

Los castillos señoriales ostentan a la entrada del recinto fortificado una torre ancha y robusta llamada torre del homenaje. Son célebres entre los monumentos civiles y militares de esta época
Ø Las murallas de Ávila
Ø El castillo de Loarre (Huesca)
Ø El castillo de Turégano (Segovia)
Ø El castillo de Carcassonne (Francia)
Ø El palacio de los duques de Granada de Ega, en Estella (Navarra)
Ø Ventanas
Ø Canecillos
TIPOS DE PILARES
Usaron pilares y columnas, éstas de forma cilíndrica y normalmente delgadas. Se vuelven más gruesas cuanto mayor es el peso que han de soportar, como ocurre en las criptas de algunos templos.
En los capiteles se representan escenas animalísticas con seres zoomorfos, y también escenas religiosas y de la vida cotidiana. Con menor frecuencia, se decoran con imágenes vegetales. El cuerpo del capitel se asemeja al de una campana invertida.
Eran importantes los capiteles de las columnas o pilares, tanto del interior de la iglesia como de la portada o de los claustros.
ESCULTURA Y DECORACIÓN


PLANTA Y CORTE DE UNA IGLESIA ROMÁNICA
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PLANTA |
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CORTES |
domingo, 20 de noviembre de 2011
ARTE GÓTICO
ORÍGENES Y FORMACIÓN
Se desarrolló en Europa occidental con unos límites cronológicos que oscilan aproximadamente entre el año 1140 y las últimas décadas del siglo XVI, dependiendo del área geográfica.
La denominación peyorativa "gótico" fue inventada por los eruditos del Renacimiento con sentido de desprecio a un arte que consideraban bárbaro (el "arte de los godos") muy inferior en consideración al arte grecorromana.
Aunque el gótico sucede arquitectónicamente al románico del siglo XII, lo cierto es que ambas arquitecturas responden a principios inspiradores opuestos.
Frente a las pequeñas y oscuras iglesias rurales del románico, el gótico eleva prodigiosas catedrales llenas de luz, desarrolla una importante arquitectura civil e independiza a las otras artes plásticas (pintura y escultura) de su subordinación al soporte arquitectónico.
En la actualidad se considera universalmente como uno de los momentos más brillantes, desde el punto de vista artístico, del mundo occidental.
CARACTERÍSTICAS GENERALES
Este arte se ha definido durante mucho tiempo de manera bastante superficial, exclusivamente por la utilización de uno de sus elementos, el arco apuntado, al que suele llamarse ojival, del que se deriva la bóveda de crucería que permite desplazar los empujes a contrafuertes externos, que se alejan aún más de los muros mediante el uso de arbotantes.
A pesar de ser una continuación del Románico, en el Gótico se aprecian actitudes bastante diferentes e incluso opuestas. Si el Románico es conocido por su oscuridad y recogimiento, el gótico implica todo lo contrario, luz, color, elevación, expresividad y naturalismo.
BOVEDA DE CRUCERÍA
La bóveda de crucería, conformada por arcos apuntados, a modo de esqueleto, es más ligera que cualquier otro tipo de bóveda construida hasta esa fecha. La utilización de ese tipo de arco formando un esqueleto tridimensional unitario refleja el alto conocimiento técnico que alcanzaron los constructores de catedrales.

Los ábsides góticos se cubren también con diferentes bóvedas de crucería pero de tal suerte que los arcos o nervios concurren todos a una clave central formando crucería radiada y muy a menudo se da al cascarón una forma gallonada o dividida en compartimentos de boveditas parciales más o menos salientes o profundas.
CÚPULAS
Las cúpulas se forman de témpanos sostenidos por nervios radiantes que arrancando del octógono formado por los arcos torales y por una especie de trompas muy artísticas situadas en los ángulos determinados por ellos, se unen concurriendo a una clave superior y céntrica.
El cimborrio se manifiesta al exterior en forma de prisma octógono o hexágono coronado por una pirámide con más atrevimiento y elegancia que en el arte románico. Muchas veces, en lugar de cúpula se alza una simple linterna prismática a modo de torre sobre el crucero.
COLUMNAS

Pero en el siglo XVI se vuelve con frecuencia al uso del zócalo primitivo prismático o cilíndrico sin divisiones. Las columnillas adosadas alrededor del núcleo se corresponden con los arcos y nervios de las bóvedas, cada una con el suyo, según el principio seguido en el estilo románico de que debe corresponder a cada pieza sostenida su propio sostén o soporte.
Estas columnillas van aumentando en número a medida que progresa el estilo. Al principio, suelen ser cuatro o seis en los pilares aislados, de suerte que la sección transversal u horizontal de éstos forme en la mayoría de los casos una especie de cruz de núcleo prismático. Pero luego se van multiplicando de tal manera en las nuevas construcciones, desde mediados del siglo XIII, apenas queda visible el núcleo central (que en adelante suele ser redondo). Aparece ahora todo el soporte como un haz de cilindros, los cuales en el siglo XV se reducen a simples junquillos o baquetones por haber aumentado su número y no tener ya cabida si no es con esta forma; pues no solo se adjudica una columnilla para cada arco y nervio de la bóveda sino que hasta las molduras principales de éstos tienen su columnilla correspondiente en el soporte.
CONTRAFUERTES Y ARBOTANTES

Por otra parte, al conectar los contrafuertes por medio de arcos arbotantes a la estructura principal se ganaba brazo de palanca y se liberaba espacio para situar naves laterales, paralelas a la nave principal.
El sistema de arbotantes y contrafuertes de las iglesias góticas constituye un elemento característico que embellecen el exterior de los edificios, pero a la vez, ponen de manifiesto la propia fragilidad estructural, ya que sujetan el edificio a modo de apuntalamiento externo.
CAPITELES
El capitel gótico va perdiendo su importancia según adelanta la época del estilo. Después del periodo de transición en el que se sigue el capitel románico se presenta como un tambor algo cónico abrazado con follaje cuyos motivos se toman de la flora del país y se corona por un ábaco circular o poligonal de varias molduras.
Posteriormente, el capitel se va haciendo más pequeño y delicado y por fin, llega hasta suprimirse cuando en el siglo XV el haz de junquillos se ramifica directamente en los nervios de la bóveda sin que medie solución de continuidad en muchos casos o se queda en forma de simple anillo.
PLANTA Y CORTE DE IGLESIAS GÓTICAS
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Plantas de iglesias góticas |
PUERTAS Y VENTANAS GÓTICAS
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PUERTAS GÓTICAS |
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VENTANAS GÓTICAS |
ESCULTURA (GÁRGOLAS, PILARES Y CORNISAS)
viernes, 18 de noviembre de 2011
ARTE BIZANTINA
La arquitectura bizantina aparece ya definida en el siglo VI. Es continuación de la tradición romana y paleocristiana con las aportaciones de Oriente y la herencia helenística, creando un arte de síntesis y, a su vez, original que influirá en la Edad Media Occidental. Al monumentalismo, a los modelos y a la proporcionalidad de las construcciones grecorromanas, hay que de sumar las aportaciones de esta civilización.
Principales características de la arquitectura bizantina.
Estas son las principales aportaciones de la arquitectura de Bizancio aplicadas a su edificio más trascendente, la iglesia.
1.- Nueva valoración de la cúpula y de las estructuras abovedadas con un carácter simbólico-religioso.
La cúpula se convierte en el elemento principal de las iglesias, es el centro de la construcción. Se utiliza para cubrir el corazón del edificio en las plantas centrales, pero también en los tramos de las naves centrales y laterales en otros tipos de plantas. Es semiesférica como la romana y puede ser mostrada al exterior o no. Representa el espacio celestial sobre el cual reina Cristo, que a menudo aparece en su clave como Pantocrátor bendiciendo. La luz que ingresa por su tambor o por la misma curvatura de la cúpula crea un efecto mágico como si estuviera suspendida flotando sobre nuestras cabezas.
2.- Para elevar a gran altura la cúpula, el arquitecto bizantino se vale de recursos técnicos que superan a los alcanzados por los romanos.


3.- Se distingue por su lujo, que se manifiesta en la decoración polícroma del interior de las iglesias. No es así en su fachada exterior, cuyos materiales más pobres son mostrados sin ningún recato. En el interior, sin embargo, se oculta el ladrillo, la mampostería y el hormigón con magníficos mosaicos, frescos y mármoles de colores. Algunas antiguas iglesias, como Santa Sofía o Santa Irene de Constantinopla, fueron reconvertidas en mezquitas perdiendo parte o totalmente su decoración iconográfica, por lo que se hace difícil entender la policromía que inundaba cualquier lugar de la iglesia.
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En la imagen, se muestra la Capilla Palatina de Palermo. |
IGLESIA DE SANTA SOFIA
Es una de las obras cumbre del arte bizantino. Su significado es Divina Sabiduría y está dedicada a la segunda persona de la Santísima Trinidad. Durante casi un siglo fue el centro espiritual del Imperio bizantino, catedral de los patriarcas, escenario de los actos estatales importantes y marco de un esplendoroso ceremonial en el que se manifestaban el poder la dignidad del imperio teocrático.
Fue construida entre los años 523 y 537 d.C, durante el mandato de Justiniano en Constantinopla, capital del Imperio Bizantino (hoy Estambul, Turquía), por los arquitectos y matemáticos Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto.
La iglesia es de planta cuadrada de 79,30 m. x 69,50 m., con una gran cúpula central que mide 31 m de diámetro y 55 m de altura. La cúpula de Santa Sofía es de tal grandiosidad que sólo tiene su antecedente en el panteón de Agripa (Roma). Tiene un gran anillo de ventanas y está apoyada en cuatro pechinas, las cuales a su vez posan sobre cuatro pilares, que al estar en el exterior del edificio parece como si la cúpula se sostuviera en el aire.
La cúpula tuvo que ser reconstruida en el año 558, y al ser nuevamente levantada se emplearon trozos de ánfora porosas para que su peso fuera menor. Además se le incorporó un tambor cilíndrico con una serie de ventanas alrededor del gran casquete esférico, que ilumina el interior de la iglesia.

En la parte exterior se extiende un gran atrio de cinco pórticos, donde se conservan algunas columnas clásicas constantinianas y un gran recipiente con agua vendita para la purificación de los fieles. Después del atrio hay dos nártex o vestíbulos que mediante nueve puertas nos comunican a la iglesia. Tiene una nave central y dos naves laterales, y un ábside interior semicircular. La diferencia de altura de las naves fue aprovechada para levantar un segundo piso o matronio (gineceo).
El espacio esta dividido en dos partes: la naos donde se colocaban los fieles, y la bema o presbítero, para los clérigos. Ambas estancias están separadas por la iconostasis, reja o cancel que cerraban con velos en el momento de la consagración. Próximas al ábside encontramos dos salas: la prótesis, donde se guardaban las especies, y el diacónicon, donde se revestía el sacerdote.
En lo que se refiere al espacio exterior, en esta obra es posible apreciar una construcción sólida y bien definida por sus líneas matrices en donde su detalle no es tan importante como en su interior.
En la fachada oeste, se encuentra el atrio y la entrada principal, el cual consta de dos galerías, y posee dos plantas. Es de destacar que todas las aberturas en el exterior poseen arcos de medio punto.
La construcción se eleva suavemente hasta entrar en contacto con una bóveda de cañón que ayuda en la descarga del peso de la semicúpula oeste.
En la estructura de Santa Sofía, lo interesante es su ambivalente condición, donde coexisten dos tendencias de clara tradición: por un lado, la tendencia basilical con su sentido dinámico y su ritmo longitudinal, y por otro, la tendencia centralista con el espacio estático de la cúpula. Si la primera predomina, la cúpula no podría tener el énfasis que tiene y quedaría relegada a una función secundaria; si predominara la segunda, el efecto estático sería mayor y en torno a la cúpula el espacio se ordenaría, anulando todo dinamismo y evitando la aparición de un eje longitudinal de simetría.
En Santa Sofía, en cambio, coexiste el eje longitudinal de simetría, de una latente estructura basilical, con el espacio centralizado de la cúpula. Es decir, coexisten, hasta cierto punto, la cúpula del Panteón romano y las naves de una basílica constantiniana.

La luz en los interiores bizantinos con su tenebrosidad, con los centenares de lámparas que cuelgan formando una especie de techo centellante, provocaba infinitos reflejos en la superficie colorida de los grandes mosaicos haciéndolos brillar, como si realmente se miraran los ojos de Cristo, de los apóstoles o de los profetas.
La iglesia de Santa Sofía constituye la cumbre absoluta de un arte clásico en el que han alcanzado su punto culminante dos corrientes o tradiciones artísticas distintas: de un lado, las tradiciones arquitectónicas y decorativas del arte clásico (helenístico y romano), y de otro, el estilo de los edificios abovedados del arte paleocristiano y del Asia Menor; al mismo tiempo, en el sistema de la distribución de espacio y paredes se establecen las bases de la arquitectura medieval.
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