Habla sobre las vidas de estos dos artistas: Gian Lorenzo Bernini y Francesco Borromini; comienza con la biografía de Bernini, contando que desde pequeño se desempeño en las artes, heredando el talento de su padre, que también era artista. Se menciona que estando corto de edad impresionó al Papa de esa época haciéndole un retrato; esto llevó al Papa a tenerle cierta confianza. Bernini se aprovechaba de la relación que tenía con el papado y hacía cosas que otras personas no podían.
Obras como "Apollo y Dafne" y "El rapto de Proserpina" son las que más destacan de Bernini.
Después se entrelaza con la vida de Borromini, hablando de la competencia que tuvieron arquitectónicamente hablando, a pesar de ser asistente de Bernini. Sin importar que Borromini tenía más experiencia que Bernini en la rama de la arquitectura, Bernini lo superaba por la popularidad y prestigio que tenía por relacionarse con el papado. Una prueba de ello, es la construcción que hizo Bernini en la Catedral de San Pedro, al no contar con la experiencia necesaria, la edificación sufrió unos fallos y estuvo a punto de caerse; pero Borromini lo arregló un tiempo después.
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